sábado, 1 de septiembre de 2012

Reflexión del domingo 02 de septiembre de 2012



Domingo 22 del Tiempo Ordinario

Dios nos regala su sabiduría a través de la Palabra

Las obras del Señor están llenas de sabiduría. El pueblo lo ha descubierto en el modo en como Él lo ha creado el universo, la manera en la que los liberó de la esclavitud. Los israelitas fueron testigos de la forma en como los condujo a través del desierto, los liberó de sus enemigos y los condujo a la montaña santa. En el libro del Deuteronomio encontramos que el Señor no sólo ha mostrado todos estos signos a los israelitas, descubriremos que hay algo más que Dios les regala: la fuente de la sabiduría manifestada a través de su Ley. Si el fiel actúa, conforme a esos mandamientos, será testimonio, para los demás pueblos, que no sólo es poseedor de esa sabiduría divina sino que goza, además, de una tierna cercanía de Dios.

El salmista nos descubre en el Salmo 15 la clave para vivir en la presencia de Dios es obrar bien. Dios ha trazado el camino que conduce hacia él a través de su ley. En este salmo se nos descubre que al Señor le agrada la justicia, la verdad, el respeto a los otros. Las actitudes contrarias a los mandamientos hacen que el creyente se sienta lejos de la presencia de Dios.

Santiago, en su carta, invita a la comunidad cristiana no sólo a conocer la ley, sino a vivirla. El cristiano debe ir más allá del plano sentimental e intelectual de la Palabra: el seguidor de Jesús debe hacer vida su mensaje a través de la caridad y las buenas obras. No tomar en cuenta el consejo del apóstol hará inútil la escucha y el conocimiento de esa buena noticia venida de Dios.

Los judíos del tiempo de Jesús estaban llamados a observar la ley de Dios. Los mandamientos, por entonces no se limitaban a los diez, había otros mandatos y otras reglas sugeridas por la ley. Muchos contemporáneos de Jesús se perdieron en los mandamientos menos importantes dejando de lado los que eran básicos. Hoy Jesús, a través de san Marcos descubre que algunos hombres que conocen la ley y la invitan a seguir, escribas y fariseos, se han centrado en el exterior más que en el interior. El problema de estos hombres que es que no tenían claro que era más importante la actitud interna que la externa. Jesús les enseñará, con palabras simples, que la limpieza del corazón hace puros y espontáneos todos los actos de nuestra vida.

P. Óscar Alejandro Hernández Zavala, m. j.