viernes, 27 de septiembre de 2013

Reflexión del Domingo 29 de septiembre 2013



XXVI DOMINGO ORDINARIO
Romper la indiferencia

Según san Lucas, cuando Jesús dijo “no pueden servir a Dios y al dinero”, algunos fariseos que le estaban oyendo y  que eran amigos del dinero se burlaban de él. Al poco tiempo narra una parábola desgarradora para que los que viven esclavos de la riqueza abran los ojos. En pocas palabras Jesús describe una situación sangrante. Un hombre rico y un mendigo pobre que viven próximos el uno del otro, están separados por el abismo que hay entre la vida de opulencia insultante del rico y la miseria extrema del pobre.

El contraste entre los dos protagonistas es trágico. El rico viste de purpura y de lino, sólo piensa en banquetear cada día. Echado en el portal de su mansión yace un mendigo hambriento, cubierto de llagas. Nadie le ayuda. Unos perros se acercan a lamer su heridas. No posee nada, pero tiene un nombre portador de esperanza, se llama Lázaro que significa “mi Dios es ayuda”. Su suerte cambia radicalmente en el momento de la muerte. El rico es enterrado con toda solemnidad, pero es llevado al reino de los muertos. También muere Lázaro y los ángeles lo llevan al ceno de Abrahán.

Al rico no se le ha juzgado por explotar, simplemente ha disfrutado de su riqueza ignorando al pobre. Allí lo tenia pero nunca lo pudo ver. Estaba en el portal de su mansión, pero no se acercó a él. Lo ha excluido de su vida, su pecado es la indiferencia. 

También en nuestra sociedad esta creciendo la apatía y la falta de sensibilidad ante el sufrimiento ajeno. Evitamos el contacto directo con las personas que sufren, nos vamos haciendo incapaces de percibir la aflicción. 

Jesús quiere sacudir la conciencia de quienes nos hemos acostumbrado a vivir en la abundancia teniendo junto a nuestro portal, o a unas horas de vuelo, a pueblos enteros viviendo y muriendo en la pobreza y la miseria. Es inhumano encerrarnos en nuestra sociedad del bienestar ignorando la sociedad del malestar. Nuestra primera tarea es romper la indiferencia . 

El Evangelio nos puede ayudar a vivir vigilantes, sin volvernos cada vez mas insensibles a los sufrimientos de los abandonados, sin perder el sentido de la responsabilidad fraterna y sin permanecer pasivos cuando podemos actuar.

P. Álvaro Frías, mj

jueves, 19 de septiembre de 2013

Meditación domingo 22 de septiembre de 2013




Domingo 25 del Tiempo Ordinario

Dios muestra su grandeza acercándose a los humildes

Los profetas del Antiguo Testamento frecuentemente ven a Dios como defensor de los pobres y en esta defensa se encuentra la protección de los olvidados. Los elegidos del Señor saben que Él, como Todopoderoso, merece ser adorado. La adoración no se da en la actitud exterior, sino que esa adoración debe ser la actitud que tiene su origen en el corazón del hombre y debe estar presente, también, en la relación con los semejantes. El pueblo santo de Israel no sólo debe tener santidad gracias a Yahvéh sino que sus actos deben reflejar esta santidad. Si alguien piensa que en las acciones sagradas está permitida la maldad: ¡Está totalmente equivocado! Dios no ama las malas intenciones dentro del hombre. El Pastor de Israel no es cómplice de las personas injustas. Dios, por el contrario, destruye esa clase de actitudes y desprecia al tipo de gente que pacta con la maldad. Las acciones sagradas deben ser la oportunidad de dar gloria a Dios y no deben convertirse en la oportunidad de aprovecharse de sus hijos e hijas.

El Salmo 113 es la prueba del cuidado de Dios hacia los pobres. El Señor, de ninguna manera, ama la humillación de los hombres y de las mujeres. Nuestro Dios no quiere ver a su pueblo en el suelo. El suelo significa la humillación, la explotación, u opresión del pueblo santo. Para el Padre de los cielos cada uno de sus hijos o hijas es importante. Dios no quiere ver a sus hijos sufriendo: y cuando se da una de estas situaciones ¡Él muestra su   misericordia y su poder levantándolos de su humillación!

En la segunda lectura san Pablo se dirige a Timoteo, que es un obispo de la comunidad cristiana. Su misión era estar atento a la comunidad, reaccionar cuando el pueblo tomara un rumbo equivocado, debía orientar sus pasos hacia Jesús,  y además, debía prevenirlos cuando algún falso cristiano quisiera sembrar mala semilla en medio de la comunidad. Como pastor de esos seguidores de Jesús, Pablo aconseja a Timoteo acerca de cual debe ser su modo de enseñar a los creyentes. Comúnmente los poderosos no cuidan de los pequeños, comúnmente los humillan y oprimen… para hacer frente e este tipo de actitudes: ¿Cuál debe ser la correcta actitud cristiana? San Pablo sorpresivamente aconseja a Timoteo a orar por los que gobiernan. ¿Por qué esta actitud? Hay una doble razón: Las oraciones pueden iluminar la mente de quien gobierna, en la guía y el cuidado del pueblo. Y la segunda y más importante: es que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. La salvación no sólo es para los seguidores de Jesús sino para todos. 

El Evangelio del día de hoy nos presenta una actitud que se daba comúnmente entre los malos administradores del tiempo de Jesús. Estas personas, que frecuentemente engañaban y robaban a sus patrones, perdonaban a los que les debían con el fin de asegurarse un futuro una vez que se veían despedidos de su trabajo. Jesús toma de este ejemplo la actitud que debe tener el cristiano respecto al dinero. ¡No para engañar! sino para darle al dinero el uso correcto. El dinero tiene un doble poder: o ser causa de injusticia o ser medio para ayudar a otros. El cristiano no debe usar el dinero como medio para hacer mal a los hombres y mujeres: ¡Por el contrario! Jesús nos invita a convertirlo en un instrumento para hacer justicia, verlo como un don que Dios pone para hacer el bien. Cristo también nos previene contra la actitud de convertir la riqueza en un objeto que llegue a competir con Dios o le quite su lugar.

P. Óscar Alejandro Hernández Zavala, m. j.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Colecta Universidad Católica de América



Domingo 8 de septiembre: 2a Colecta a favor de la Universidad Católica de América

La Universidad Católica de América, ubicada en Washington, D .C., es la universidad nacional de la Iglesia Católica de los EE. UU. Brinda una educación académica rigurosa, guiada por la tradición intelectual católica, a casi 7.000 estudiantes cada año. Más de 4.000 estudiantes reciben ayuda financiera gracias a esta Colecta, entre los que se encuentran muchos feligreses de nuestra Diócesis. La próxima semana es la Colecta Nacional de la Universidad Católica de América. Les pedimos su cooperación generosa.

Nuevo enlace para la Asociación de la Infancia Misionera (Inglés)



Asociación de la Infancia Misionera

Te dejo este enlace de la Asociación de la Infancia Misionera. El objetivo de esta asociación es despertar en los niños a través de la oración y la solidaridad la sensibilidad hacia los hermanos y hermanas en necesidad. Te dejo la dirección de esta Asociación:


Encuentra la dirección de este sitio en los enlaces de: Materiales de información.