viernes, 10 de febrero de 2012

Lee y actúa

Carta del Cardenal Daniel Di Nardo en torno a una polémica decisión del Gobierno de los EEUU

Te invito a que leas una carta que nos envía el Cardenal Daniel Di Nardo. Es una carta en contra de una decisión del Departamento de Salud y Recursos Humanos de Estados Unidos que impone la esterilización y los abortivos como obligatorios no sólo para las instituciones públicas sino además católicas (Hospitales, Universidades, Servicios Sociales). Además de obligar a comprar la cobertura de estos servicios por parte de los ciudadanos lo quieran o no.

A continuación te ofrezco la carta íntegra:

Febrero 3, 2012

Estimados Hermanas y Hermanos en Cristo,

Me dirijo a usted acerca de un asunto urgente y serio. Esto impacta directamente a la Iglesia en los Estado Unidos y compromete seriamente el derecho fundamental a la libertad religiosa de todos los ciudadanos de los Estados Unidos. El 20 de enero el Departamento Federal de Salud y Servicios Humanos emitió su último mandato sobre varios “servicios preventivos” que tendrían que incluirse en todos los planes privados de seguro de salud sin co-pagos o en los mecanismos de costos compartidos. Todos los medicamentos anticonceptivos aprobados por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos), incluyendo algunos que son abortivos, la esterilización y otros servicios preventivos ahora son obligatorios. Casi todos los empleadores y los empleados, incluyendo los empleadores católicos de nuestros servicios sociales, universidades y hospitales, se verán obligados a ofrecer a sus empleados esta forma de “cobertura de salud”. Casi todas las compañías de seguros serán obligadas a incluir esos servicios en los planes de salud que ofrecen. Además, casi todos los individuos se verán obligados a comprar la cobertura como parte de su seguro, ya sea que lo quieran o se opongan a ella por razones morales. Hay un nivel muy pequeño de exención para las iglesias mismas y empleados inmediatos si el objetivo es “inculcar doctrina religiosa” y si sirven principalmente a personas de su propia fe. Esta limitación deja fuera a todos nuestros hospitales católicos, nuestras universidades, y nuestros servicios sociales, como Caridades Católicas. Usted puede entender nuestra preocupación, ya que esto es un golpe a nuestra identidad católica y a nuestras instituciones educativas y de servicio.

El mandato del HHS menosprecia la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos al negar a los católicos la primera y más fundamental libertad de nuestra nación, la de la libertad religiosa. A menos que el mandato se revierta, los empleadores católicos deberemos estar preparados a violar nuestras conciencias o dejar sin cobertura de salud a nuestros empleados (y sufrir las sanciones en caso de no hacerlo).

No podemos y no cumpliremos con este mandato injusto. Incluso ahora nos apoyan hermanos y hermanas de todas las religiones y otras personas de buena voluntad en nuestro esfuerzo importante por recuperar nuestro derecho a practicar nuestra fe a través de este aspecto. Nuestros antepasados en la fe valoraron la libertad religiosa; vinieron aquí a construir los Estados Unidos. No podemos permitirnos hacer menos que ellos. Nuestros antepasados en la fe en Texas , no tantos como ahora, nunca rehuyeron a su compromiso de luchar por su libertad religiosa. Hagamos lo mismo.

¿Qué le estoy pidiendo? En primer lugar debemos orar y ayunar y pedir al Señor sabiduría y un sentido de justicia. Luego debemos actuar. Les recomiendo que visiten la página web de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos para aprender más sobre este tema. Les invito también a escribir al HHS y ponerse en contacto con miembros del Congreso para apoyar la legislación que podría revertir el mandato de la HHS. Por favor, consulte nuestra página web diocesana para la dirección de nuestros representantes en el Congreso. Se trata de un asunto en el que no hay que descansar después de los esfuerzos iniciales. Debemos mantener vivo este tema y seguir firmes en nuestro compromiso. También voy a hacer mi parte en esto y tratar de mantenerlos informados acerca del progreso. Sé que este mandato se puede revertir si somos claros y persistentes, civiles pero perseverantes. ¡Dios los bendiga a todos!

Fraternalmente en Cristo

(Firma)

Cardenal Daniel DiNardo

Arzobispo de Galveston-Houston